Mecanismos de Defensa :Psicoanálisis:
Mecanismos
de Defensa
Los
Mecanismos de Defensa del Yo son estrategias, a menudo inconscientes, cuya
función es la de preservar la intimidad y la auto-imagen. Los mecanismos de
defensa fueron propuestos por primera vez por Sigmund Freud (1925),
pero fue su hija, Anna Freud (1973) la que profundizó en ellos realizando
la primera clasificación sistemática.
La paradoja de los mecanismos de defensa es que,
aunque su uso es protector, consiguen que la conciencia se estreche y se
imposibilite un mayor conocimiento de la persona o se busquen otras estrategias
creativas de actuación.
Según la psicología del Yo los mecanismos de defensa
pueden ser clasificados según cuatro criterios: Narcisistas, neuróticos,
maduros e inmaduros.
Mecanismos Narcisistas:
·
Proyección: Consiste en colocar en el otro
lo que en realidad es propio.
·
Negación: Se trata de desconfirmar
directamente una realidad que resulta obvia.
·
Distorsión: Atribuirse cualidades
exageradas a uno mismo o a los demás.
Mecanismos Inmaduros
·
Regresión: Despliegue de comportamientos de
una etapa anterior.
·
Hipocondríasis: Despliegue de fantasías
sobre la idea de haber contraído una enfermedad sin ninguna base real.
·
Fantasía: Construcción mental idealizada de
una persona o situación que sirve para compensar una realidad contraria.
·
Somatización: Expresión emocional a través
de una respuesta fisiológica.
·
Conducta pasiva agresiva: Mostrar
agresividad de forma encubierta.
·
Conducta impulsiva: Evita que la
persona se pare a reflexionar sobre los aspectos y motivaciones de su
comportamiento.
Mecanismos Neuróticos:
·
Control: Necesidad de evitar todo
cambio ambiental y personal.
·
Aislamiento afectivo: Disociación
entre los elementos cognoscitivos y emocionales.
·
Racionalización: Invento de explicaciones
para justificarse a uno mismo.
·
Disociación: Alteración temporal de las
funciones de integración de la conciencia.
·
Formación Reactiva: Sustitución de
comportamientos, pensamientos o sentimientos que resultan inaceptables por
otros diametralmente opuestos.
·
Represión: Expulsar de la conciencia
pensamientos y deseos.
·
Intelectualización: Desconexión de la
emociones desde el intelecto.
Mecanismos Maduros:
·
Sublimación: Canalización de los deseos
hacia otra actividad.
·
Supresión: La persona evita intencionadamente enfrentarse
pensar en problemas, deseos o experiencias que le reportan malestar.
·
Ascetismo: Retirada voluntaria de las situaciones que producen
gozo.
·
Humor: Utilizar el sarcasmo y la ironía frente a los
problemas.
Los mecanismos de defensa son estrategias para
interrumpir el curso de las vivencias presentes y los sentimientos asociados a
estas vivencias. En algunos casos estas estrategias defensivas del Yo sirven
para garantizar la supervivencia. ¿Podría un niño de dos años que ha perdido a
la madre enfrentarse a sus emociones?
Parece evidente que si ese niño no fuese capaz de interrumpir su dolor
emocional mediante cualquier mecanismo de defensa, probablemente entraría en
una situación depresiva de riesgo.
La naturaleza parece haber dispuesto diferentes
maneras para proteger el organismo de lo inaceptable, como cuando interrumpimos
la respiración al paso por un estercolero, cuando nos taponamos los oídos ante
un estridente ruido, o cerramos los ojos de repente evitando un fuerte destello
de luz. De la misma manera, protegemos nuestra emocionalidad frente a lo
desagradable, como cuando no queremos reconocer algún aspecto de nosotros
mismos que fisura el auto-concepto que nos habíamos construido. La cuestión es
“ojos que no ven corazón que no siente”, Si, pero, ¿A qué precio?
La Psicoterapia Gestalt propuso técnicas
para promover la integración de esas zonas de nosotros mismos que no queremos
ver, a menudo asociadas a emociones de las denominadas negativas, como la ira,
la frustración, la envidia…En el momento crítico en el que la emoción va a
aparecer usamos el mecanismo de defensa que nos desconecta del sentimiento, el
pensamiento, el deseo…Y nos marchamos del presente, nos dormimos,
intelectualizamos, fantaseamos, y rápidamente acude a ayudarnos la neurosis salvadora.
Debido a la automatización de los mecanismos de
defensa resulta difícil abandonar el hábito de su uso, pese a que como
contrapartida nos congelen en el tiempo en referencia a ciertos aspectos
madurativos.
La Sublimación se considera en la Psicología del Yo
como un mecanismo de defensa maduro, que consiste en canalizar las pulsiones
desde el territorio de los deseos hacia otro terreno donde estos sean más
viables o se consideren más aceptables. Freud estudió en muchas de sus obras el
mecanismo de la
Sublimación, que describía como una manera de canalizar las pulsiones
(sexualidad, agresividad…) no aceptadas socialmente o difíciles de satisfacer,
a otro universo de la realidad, como por ejemplo el arte, el deporte, el
trabajo, etcétera.…
La Represión es un mecanismo de defensa que consiste
en expulsar de la conciencia deseos, sentimientos o pensamientos. La Represión
es uno de los mecanismos de defensa más estudiados, y el que
Freud describió con más extensión. Consiste en mandar al
inconsciente todo el contenido inaceptable. Por ejemplo una persona de ideas muy religiosas frente a otra que
le despierta el deseo sexual puede ni siquiera llegar a reconocer en sí misma
los mensajes fisiológicos que su cuerpo le manda.
En el mecanismo defensivo de la Negación el individuo
ignora o rechaza aquella realidad que le resulta indigerible o que de
reconocerla le obligaría a tener conciencia de sus emociones y en ocasiones a
tomar alguna acción al respecto. Un ejemplo de Negación se dio durante el
holocausto nazi, cuando en muchas ciudades gran parte de la
población pasaba junto a las chimeneas humeantes de “las fábricas” sin
reaccionar ni comentar siquiera lo que estaba sucediendo en realidad.
Comentarios
Publicar un comentario